-Usted: dije a uno de los GEOS.
-Prepare todo este material para meterlo en los camiones. Si es necesario usen a los civiles. Y usted: señalando a un policía.
-Ayuden a ese salvaje herido y ponganlé esto: le tiró unas esposas. Nos lo llevamos para interrogarle.
Después vuelvo al centro de la comisaría y oigo los gritos de los dos soldados que había enviado a por Hartman.
-¡Señor! Algo persigue al Sargento, ¡es jodidamente rápido!.
Unos segundos después el sonido de la ametralladora del URO acaba con cualquier grito.
Voy corriendo hacía la puerta y les hago señas para que salgan. Cuándo llego al a puerta y veo la locura de escena los dos soldados ya están bajando por las escalerillas sin dejar de disparar.
Mi cerebro no asimila lo que está viendo pero sin dudar un instante mis brazos se ponen en movimiento y dos segundos después el M4 dispara en modo automático contra la criatura más cercana a Hartman que no está encima del URO.

HARTMAN Y RIPPER

Hartman empieza a disparar cómo un loco contra la cara de la criatura que se deshace en una lluvia de trocitos para que después las balas pasen a su cuerpo correoso y le arranquen varias extremidades y agujereen los órganos vitales. Para cuándo la ametralladora deja de disparar los pocos trozos de criatura que quedan se resbalan hacía el suelo, dejando le bloque del motor y el cristal del URO lleno de sangre y vísceras. Consigues +50 de exp.
Los otros dos COE disparan a la criatura al lado de una rueda y varios disparos la alcanzan en la cara, arrancándole varios dientes y otros tantos ne el cuerpo haciendo saltar la especie de tendones y carne. Con un ligero grito la criatura se retuerce en el suelo y queda inmóvil.
Los disparos de Ripper son aún más precisos y dos balas le entran por la cabeza con forma de cerebro, salpicando de sangre la puerta del URO. Dos balas más le aciertan en el cuerpo y la última atraviesa su enorme garra extendida para después chocar con el blindaje del URO. Esta vez la criatura no tiene tiempo para gritar antes de morir. Ripper consigues +50 de exp. Todo queda tranquilo de repente, salvo por los disparos aislados que repelen a los zombies de la comisaría.
En ese momento salen por la puerta dos GEOS y posteriormente los demás trasladando al GEO aturdido. Un par de agentes y civiles llevan cajas y empiezan a vomitar al ver la explanada. Algunos miran con horror a las criaturas. Una mujer se desmaya y es rápidamente agarrada por un policía antes de caer al suelo.

-¡Joder!. Por unos segundos la gente dejo de vomitar y se hizo el silencio. Luego todos me miraron a mí. Había que mantener la calma o los civiles y policías echarían a correr por puro terror.
-¡Venga!. Tenemos que largarnos antes de que los infectados lleguen por docenas. El material al segundo camión. Vosotros dos, dije a dos policías, con el salvaje también al segundo camión.
Los demás, al primer camión.
Después me acerco al Sargento Hartman.
-¿Está bien Sargento? Y después la pregunta inevitable... ¿Que coño eran esas cosas y de donde han salido?. Espere, déjelo... no tenemos tiempo para eso.
Justo en ese momento se acercan dos soldados de los COE.
-Coged las bolsas para cadáveres y meted a nuestros compañeros caídos en el segundo camión. Mirad si se puede aprovechar algo del material del suelo. Recoged también a esas dos criaturas del suelo. Haber si el Doc yankee nos puede decir algo de ellas, y después subid también al camión. No creo que a los polis les haga mucha gracia su compañía y no quiero que desaparezca ese maldito loco que tenemos prisionero.
Los soldados, ya acostumbrados a los horrores de la guerra se fueron pitando a obedecer. Tenía buenos hombres. Joder que sí, ¡menudos huevos!.
Volví a mirar a Hartman.
-Luego me dará un informe completo. Quédese en la ametralladora. Parece que se le da bien... Eche un vistazo a la criatura, literalmente descuartizada y sonreí ligeramente.
La gente ya estaba subiendo a los camiones y subiendo material.
Algunos GEOs estaban ayudando a mis hombres con los cadáveres de los militares.
Aquellos hombres entendían la camaradería de los hombres de armas.
Las unidades especiales de la policía habían sufrido mucho durante la Epidemia.
Cuándo había quedado claro que la policía normal no podía hacer frente a la situación, ellos habían sido los primeros en ser llamados.... y los primeros en estar jodidos.
Echando un último vistazo para que acabasen, me subí al URO y le dí a los limpiaparabrisas para que me dejasen ver a través de los restos corporales de la criatura. En cuánto todo estuviese listo nos largaríamos a casa...

Selene llega a la enfermería pero se desanima cuándo ve que le doctor está encargándose de uno de sus ZORT y después tiene a otro ZORT y un antidisturbios esperando. Los dos tienen golpes y roces, igual que ella, pero el que estaba con el doctor estaba bastante peor, con un par de cortes bastante feos.
-ZORT 2: ¿Quiere pasar primero, Sargento?.
-Selene: Tranquilo soldado. No me pasa nada peor que usted. Esperaré a que les remienden a ustedes. ¿Que tal todo, Doctor Sera?
-Sera: Ya lo ve usted. Rodeado de americanos que me explotan. Uno ordenándome abrir cadáveres y luego ustedes, que sale al exterior a "jugar" con esas cosas y me vienen para el arrastre.
-Selene: No se sulfure doctor. Recuerde que nuestros fusiles mantienen a esas cosas fuera.
El doctor suelta un bufido y sigue a los suyo.

Vanesa se aburría.
Había conseguido que le explicasen vagamente cómo usar ciertas armas de combate, sobretodo los cuchillos y algún golpe potente con armas contundentes.
Había visto a los soldados volver con un montón de cadáveres. Había intentado cotillear un poco pero los soldados no estaban con ganas de cháchara y algunos estaban heridos ligeramente, así que no estaban para preguntas.
Vagabundee un poco por la sala. No me dejaron acercarme al garaje, ni a la armería, ni tampoco a la despensa, así que me decidí por el gimnasio que estaba en el edificio de al lado.
Esperaba que nadie me dijese nada sólo por tocar los cojones.