Parecía que Selene iba a recibir una buena bronca de Ripper. Vaya, era curioso, el tío estaba aún más bueno cuándo se cabreaba.
De todas formas probablemente el asunto no estaba para bollos.
Selene sigue a Ripper cuándo va a la sala de los civiles y cuándo se va a hablar en privado con el Doctor se queda ayudando a tomar asiento a los nuevos civiles y a tranquilizarlos hasta que venga Ripper a darles una charla.
A pesar de que técnicamente el rango de la base lo ostentaba Selene, esta no tenía ningunas ganas de preocuparse por la logística y por todos los problemas de la base. Ella sólo quería cumplir su misión y volver a su país para ayudar en lo que pudiese.

Las palabras del doctor confirmaron mis temores sobre la acción de Selene. Aunque me superase en rango iba a tener unas palabras con ella.
Después escuche atentamente todas las palabras del doctor, viendo la utilidad de muchas de ellas pero otras creyéndolas un poco exageradas.
-Doctor, estoy de acuerdo en muchas de las cosas que dice. No creo que vayamos a perder el contacto con el Gobierno pronto, pero todo puede ocurrir... Mis hombres están motivados y tienen un objetivo. Eso puedo asegurarselo. De todas formas, descuide que el bienestar de mis hombres, y con ello cuento también a los civiles, es mi prioridad. Entiendo que pueda preocuparle que todo el mando de la misión recaiga ne manos militares y y o le aseguro que nuestro cometido será mantener segura esta base y a posteriori, toda la ciudad. Pero no seremos unos nazis y dejaremos libertad a todos los civiles. Me parece bien lo del Alto Mando, incluso tengo intención de permitir a un civil, escogido por votación entre ellos, que participe en todos nuestros planes tácticos. Los civiles serán de muchísima utilidad en cientos de tareas, eso se lo garantizo. Así que le invito a que me acompañe a darles una charla con ciertas normas y actitudes a los civiles que me parecen necesarias. Cómo puede ver tenemos mucho trabajo.
Con una mano le indico la puerta para ir a tratar el peliagudo asunto de discutir con una turba de civiles enfurecidos.

Después de estar en un camión atestado de gente sudorosa y acojonada nos llevan a una base militar. Una base que parecía supersecreta igualita a la de las películas de ciencia ficción.
¡Que bien hacía protestando contra el Gobierno! Los muy mamones no nos decían en que gastaban nuestros ahorros.
Total, que al final nos bajan del camión con muchas prisas y nos dicen que vayamos circulando hacía una sala. Todo de forma muy educada, claro, pero haber quién les decía nada a los tíos esos de las ametralladoras....

Menos mal... Gracias a Dios que es un hombre con la cabeza donde hay que tenerla... Joder y la mía me va a matar....
- No sabe cuanto agradezco que sea usted una persona razonable. Por un momento temí precisamente lo que ha señalado, un déspota. Aún así recuerde que estamos solos, y aunque fuera de estas cuatro paredes me escuche decir lo contrario, tengo la certeza de que mi noble país desaparecerá tarde o temprano. Jamás volveré a ver a mi esposa e hijos, esa es una de las garantías de esta misión. Y no dude Sargento Bécquer, que con su Gobierno pasará lo mismo. En otra ocasión necesito discutir la asignación de recursos para mi cometido. He de formar una pequeña comunidad científica con toda la gente que posea cualquier tipo de conocimientos científicos. Tomaré como una promesa el incluir un civil dentro del mando. Y por último, cuente conmigo para lo que le haga falta Sargento Bécquer, siempre que sea algo razonable para nuestro futuro.
Viendo la indicación del Sargento, abandono la habitación observando al soldado Brooks.
- Soldado Brooks no se separe de mí en ningún momento, usted y yo aún tenemos muchas cosas que hacer.
Joder... Mi... Cierro los ojos un momento a la vez que me paro en seco para tratar de controlar el dolor.
- Soldado Brooks después de estar con los civiles y si no le molesta en exceso, lléveme al centro sanitario de este lugar por favor, creo que necesito un analgésico urgentemente. Por el momento acompañaremos al Sargento Bécquer.

No tardamos en llegar a la sala de lo civiles, donde ya se ha congregado una amplia multitud. Algunos soldados y todos los civiles me miran atentamente nada más atravesar la puerta.
-En primer lugar, bienvenido. Soy el Sargento David Bécquer, Mando Español destinado en esta base. Entiendan que sé que tienen muchas preguntas, pero no puedo responderlas todas. Supongo que la primera de todos ustedes es cuándo van a venir a rescatarnos y es la que mas miedo tengo de responderles... Siento decirles que no podrán rescatarnos en un tiempo cercano, la situación en el país es mucho más caótica que aquí. De todas formas, no dudo que sea en semanas o meses pero al final vendrán a buscarnos. No tienen de que preocuparse, esta base cuenta con todas las medidas de seguridad para mantener a los infectados fuera (no es conveniente que los llamásemos zombies o con cualquiera de la jerga militar que estábamos dando a esas cosas delante de los civiles) y nosotros nos encargaremos de mantenerles a todos a salvo. No obstante, espero que entiendan que todos deben arrimar el hombro y seguir unas reglas básicas por nuestra propia supervivencia. Todos hemos perdido las comodidades a las que estamos acostumbrados y tendremos que seguir sin ellas, y eso incluye que no importa lo que ustedes fueran hace unos meses, ahora todos somos iguales y me importa una mierda que fuesen estrellas de rock o modelos famosas, si su cometido es limpiar los baños al servicio de todos, deberán hacerlo con la cabeza bien alta. Ahora mismo vamos con las normas.
1ª: Las siguientes zonas están prohibidas para el acceso salvo aquellas personas con permisos especiales o que sean destinadas allí: el garaje, la despensa, la armería y por supuesto cualquier zona exterior de la base, incluyendo el colegio que está sobre nuestras cabezas.
2ª: Toda persona que robe comida, gasolina, medicamentos o armas será expulsada de esta base o directamente fusilada, por órdenes del Gobierno Español.
3ª La comida será racionada y nadie, ni militares ni civiles tendrán un trato preferente. Se podrán tener en cuenta excepciones, cómo la de ancianos o la de esta niñita tan mona.
4ª Toda aquella persona que deba salir al exterior por cualquier motivo, siempre llevará un traje de protección química.
5ª Se tendrá una guarnición externa en los accesos del colegio y francotiradores en el tejado.
6ª Cualquier persona que, con permiso para salir al exterior, se acerque sin autorización a las vallas de contención del exterior del colegio, será disparada por los francotiradores.
7ª A todos se les instruirá cada día en el manejo de armas básicas para poder defenderse y en caso necesario, acompañarán a nuestras fuerzas en cualqueir expedición.
8ª Deben elegir a un representante que hable por ustedes y al que se le incluirá en cualquier reunión táctica.
9ªPeriódicamente se deberán realizar incursiones de limpieza y aprovisionamiento en el exterior de la base. Aquí podrán darle una lista a su representante con los objetos de primera necesidad para que los pelotones de aprovisionamiento los traigan. Estas listas serán revisadas antes de ser aceptadas.

Por último las demás zonas están totalmente a su disposición. Poseen duchas en cada barracón y los horarios de comida se les comunicarán. No obstante puede que también tenga que racionarse el agua, al igual que la electricidad. Son lujos de los que no podemos abusar. Disponen de un gimnasio en estas instalaciones, así cómo en el polideportivo del colegio al que tienen acceso, siempre que usen el acceso subterráneo y no el acceso por el colegio. Ahora mis hombres atenderán todas sus preguntas y después me las comunicarán y les llevarán a sus zonas de descanso si necesitan ayuda para instalarse.
Tras meditar un segundo creo que eso es todo lo importante. Quizá sonase un poco extremista, pero me parecían reglas básicas para una convivencia pacífica y para poder mantener la seguridad del complejo.
Ahora tengo que ocuparme de otros asuntos. Por favor, Doctor Lanya venga conmigo. Sargento Black, ¿puede venir usted también?.