El helicóptero se estabiliza y un disparo, muy amortiguado por el silenciador se oyé sólo en la cabina del aparato.
El disparo le vuela el parietal al zombie calvo y deja trozos de sesos y astillas de hueso pintando de rojo la pared de ladrillo del edificio.
Otros dos zombies, te miran desde la puerta, mientras gimen con ansía. Consigues 15 de exp Hartman.
El convoy de Ripper no se encuentra ya muy lejos y ya se puede ver en una de las calle lejanas. Será mejor que te des prisa limpiando la puerta...

Bien, ya solo quedaban dos.
-Hola guapo- susurré mientras efectuaba un segundo disparo sobre un Z que babeaba una sustancia negra.

El mismo resultado. Un impacto perfecto entre los dos ojos que envía al zombie de vuelta al infierno. Consigues 15 de exp.
El zombie cae encima de su compañera, una mujer rubia de unos 30 y pico años, y ambos se van al suelo.
La zombie está tumbada intentando ponerse de pie. Mientras, otro zombie aparece, por el otro sentido del helicóptero, justo a tu espalda del portón por el que disparas, cruzando la pequeña carretera que conecta el cruce normal con la entrada al garage del Centro Comercial.
Te das cuenta que, alejados, docenas de zombies, separados por mucho entre ellos, se acercan debido al ruido de los rotores del helicóptero.

Bien dos tiros dos muertos.
-Bueno Hartman lo prometido. Me colo que encima del edificio y Edu se ocupó de desplegar una de las cuerdas mientras le indicaba a Nacho que fuese desplegando la ametralladora.
Cuando Hartman estaba ya encima de la superficie del centro comercial me alejé del mismo, dejando a Hartman solo y con su trabajo.
Mientras me acercaba al grupo de zombies que se aproximaba con su lento paso al centro comercial giré la cabeza y a través de cristal del helicóptero observé que el convoy estaba ya bastante cerca.
Mientras todo esto ocurría la ametralladora estaba ya montada, así que no me quedo otra que poner el helicóptero en la posición correcta y abrir fuego(con las dos ametralladoras simultáneamente).

Desde el convoy escuchamos los disparos. Se oían en toda la ciudad.
-¿Qué pasa? ¿que coño hacéis? ¿a quién disparáis?. Lo que sonaban era el rápido y cadencioso tableteo de ametralladoras pesadas. Las ametralladoras del vehículo.
¿Jota? ¡¡¡Deja de disparar!!! ¡¡¡Estás atrayendo a todos los zombies de la zona, idiota!!!! La misión tiene que ser en silencio, ¡¡¡ en jodido silencio!!!!.
Tiré al radio del blindado contra el salpicadero sin molestarme en colgarla. Mientras aceleraba el vehículo a más velocidad y apartaba los restos de un contenedor de papel volcado.
No teníamos munición suficiente para cargarnso a los zombies de la ciudad (probablemnte ni siquiera aun cuarto). A veces las cosas había que hacerlas con cerebro y no con músculo. Claro, que eso igual se aprendía en las fuerzas especiales y un puto piloto no tenía ni idea....
El estúpido numerito podía costarnos la vida...