La sangre saltó por las paredes, pase por encima del bicho muerto y avance hacia el lugar de donde procedian las voces.
Me pegué a la pared con el arma preparada. La puerta estaba cerrada. Espere atendiendo a la conversacion.

Parece una discusión bastante violenta. Tan cerca de la puerta podéis oír que la voz pertenece a distintas personas.

-Primera voz: ¿Es que se ha vuelto loco? Suéltela inmediatamente o tendremos que actuar.
-Segunda voz: ¿Actuar? ¿Actuar cómo idiota? Cómo deis un sólo paso desparramo los sesos de este payaso por toda la habitación. Y no olvides las sorpresitas del abrigo... Así que ahora mismo uno me va a explicar cómo sacar ese bicho de la entrada u os vuelo a todos por los putos aires....
La conversación cesa unos segundos y después se reanima, más acalorada...
-¿Cómo tenemos que decírtelo? No tienes ni idea de conducir el Pizarro. Aunque te lo arrancásemos no podrías avanzar ni tres metros con él...
-Eso ya lo veremos. Encenderme el tanque o me cargo a este tío. ¡Es la última vez que lo digo!

Le hago una seña a Ripper que se coloca a mi lado acercandose sigilosamente. Con unas señas y pocas palabras le explico la situacion.
-Creo que podemos hacerle salir, creando una distraccion aqui afuera, usted decide...

-No tenemos ni idea de lo que pasa ahí dentro. No podemos arriesgarnos. Tendremos que echar un ojo. Haciendo un gesto a Hartman, intento abrir la puerta silenciosamente sin que nadie de los tíos que haya en la habitación lo noté. Si me oyen puede que tengamos problemas...

RIPPER, HARTMAN Y VANESA

Ripper, consigues asomarte sin que te detecten. Consigues +1 en sigilo. Puedes ver cómo delante de ti, en una pequeña barricada de sacos terreros y al comienzo de un largo pasillo, al menos 6 soldados apuntan a un hombre trajeado, que sostiene con su mano el cuello de otro soldado mientras le apunta a la cabeza. Debido a tu posición es imposible salir sin que te vea, pero creéis que tenéis que hacer algo. El hombre parece bastante perturbado y capaz de dañar al soldado...


JOTA
Tu helicóptero llega a la base sin problemas, pero cuándo estás aterrizando algo te sorprende. Un enorme contenedor de color rojo, cómo los usados en los barcos de carga está en medio del patio del colegio cuándo antes no estaba. El suelo a su alrededor parece resquebrajado, cómo si lo hubiesen tirado con fuerza. Nadie sale a recibirte cuándo bajas del helicóptero con tus artilleros...