Cuándo el Apocalipsis comenzó mucha gente huyó de los grandes centros de población hacía pequeños pueblos y sitios aislados. Entre ellos estaba Feanor, un tipo corriente, apasionado de la aventura y bastante solitario.
Con bastante previsión cogió toda la comida que pudo y sus útiles de superviviencia y huyó en su todoterreno Land Rover a cualquier pueblo o lugar lejano.
Esperaba que las cosas se arreglasen y poder volver cuánto antes.
Pero las cosas sólo empeoraron.
Ahora, sin casi comida ni agua y con el Land Rover estropeado, debe recorrer a pie los dos kilómetros que le separan de un pequeño pueblo riojano que parece intacto.
No sabe lo que encontrará allí...

"Tócate los cojones" - Pienso cuando noto cómo mi preciado 4X4 pasa a una vida mejor -
"Me parece que me toca salir a dar un paseo".

Conforme mis pies tocan el suelo, compruebo cómo mis músculos se han entumecido debido al largo viaje, por lo que me estiro una y otra vez. Posteriormente, recojo todos los útiles de supervivencia de los que dispongo, y me aseguro de que no olvido nada.

"Espero no encontrarme podridos por aquí" - Medito mientras comienzo a caminar a buen ritmo en la dirección que seguía la carretera por la que circulaba anteriormente.

Mientras camino, voy silbando una canción de Europe, "Carrie".

Tras un rato caminando a buen ritmo en una mañana nublada por el típico camino de piedras dejado de la mano de Dios, llegas ante un vehículo empotrado en un árbol. Es un coche familiar, de esos que se nota comprados por un padre de familia para llevar a sus hijos al colegio o donde sea necesario.
EL bloque del motor está destrozado e incrustado ne un solitario roble grueso y lanza una ligera columna de humo. La puerta de atrás de la derecha está abierta y manchada de sangre. Dentro se oyen gruñidos y ruidos muy raros...

- "Esto me huele a la típica película de zombies" - Farfullo entre dientes mientras sitúo mi cuchillo en mi mano derecha, y arrojo mi mochila al suelo.

Recapacito sobre las opciones de actuación que tengo, pero al recordar que no dispongo de apenas material para sobrevivir, y convenciéndome de que el coche todavía puede contener algo útil, termino aceptando que la decisión está prácticamente tomada.

Así pues, me dirijo lentamente a la parte trasera del coche, completamente alerta, y dispuesto a acuchillar lo primero que vea con piel podrida y ganas de comerme.

- "Joder, joder, joder..." - Pienso a cada paso que doy en dirección a lo que puede significar mi muerte.

Una vez te acercas al coche ves tras la ventanilla una escena espantosa.
Un hombre mayor, de unos 60 años convertido en zombie está devorando a su acompañante en el puesto de copiloto un hombre pelirrojo al menos 20 años más jóven. Los dos llevan puesto el cinturón de seguridad y el copiloto tiene media cabeza desparramada por el salpicadero. El interior está horrible, lleno de sangre y vísceras, papeles y lo que sorprendentemente parecen herramientas.
El zombie parece no haberse percatado de tu presencia...