Iba de copiloto en el segundo camion. Observaba atento todo lo que ocurria desde el interior. No habua novedad, las calles llenas de coches empotrados, muertos por los suelos y ese aire putrefacto y enfermizo. Queria descansar, pero ahora no podia, tenia que concentrarme y hacer las cosas bien. Por la radio la voz del Teniente resono en el habitaculo.
-Nos estamos acercando, preparaos. Estamos a un par de calles.

Le tocaba al Teniente decidir donde aparcar para tener una buena ruta de escape ya que el puñetero centro era enrebesado. Por mi parte haria lo que se me mandase, de momento segui vigilando por la ventanilla.


Roll off: Admin, añademe al inventario de esta mision el cuchillo de ops, si es posibl, ya qu te lo dije hace tiempo, tomatelo como recordatorio xd

Ya estábamos cerca. Íbamos a entrar por la parte trasera, desde el garaje, ya que no quería llamar la atención desde la puerta principal.
A nuestra izquierda se extendía un enorme muro rojo con setos, que recordaba pertenecía a una zona de recreo para la tercera edad y a la derecha teníamos el edificio de la policía, la enorme monstruosidad de hierro oxidado, con sus enormes muros de hormigón armado.
Las paredes dobles de chapas de acero de la puerta del garaje estaban combadas y destrozadas hacía dentro, con lo que pudimos entrar y aparcar los vehículos en el interior del garaje.
Bajamos de los vehículos y nos desplegamos.
-Bien, quiero que los soldados de infantería que formen un perímetro en torno a los coches. Nada sale del edificio vivo si no somos nosotros ¿entendido?. Si aparecen los salvajes no disparéis hasta que os ataquen, no quiero que os carguéis a un civil que venía a pedir ayuda.
Los C.O.E conmigo, vamos a registrar el edificio. Sargento Hartman, adelante.
Puse un cargador entero en la M4 y me preparé para irrumpir en el edificio con el puntero láser encendido y la linterna del arma si había poca luz.

Tras las ordenes del Teniente formamos una columna que avanzó ligera hasta la puerta de entrada desde el aparcamiento. la puerta era tipo de emergencias. Le hice una seña a uno de los COE, nos apoyamos a ambos lados y tras comprobar que no habia nada tras el cristal, empujamos con fuerza la puerta los dos a la vez. Las bisagras quebraron y nuestro obstáculo se abrió de par en par.
Estábamos dentro.

HARTMAN Y RIPPER

La oscuridad en el interior era total hasta que el Teniente entro con la linterna incorporada en su arma.
La luz iluminó una escena turbia a la que ya estabais acostumbrados.
Sangre, casquillos de bala y papeles tirados, escritorios volcados, cristales rotos y luces fundidas, con paredes y techos agujereados.
Lo primero que notasteis era el olor. Un olor intenso a sangre, con ese toque a hierro, mezclado todo ello con el olor a pólvora.
Mientras avanzáis por el pasillo encontráis el primer cuerpo del día.
Para vuestra sorpresa no es un zombie, sino lo que parece un joven de unos 2o muchos años con varios agujeros de bala en el pecho. Sus manos muertas aún sujetan una tubería manchada de sangre.
En ese momento lo oís, un sonido de gritos y golpeteos en el pasillo de vuestra derecha...

SELENE

La recolección de cadáveres se lleva sin ningún problema. En unos minutos ya tenéis 5 cuerpos subidos al camión, pero vais a tardar un buen rato más, ya que tenéis que desplazar el camión cada vez para acercarlo a los cuerpos. De repente oís un único disparo de un francotirador del tejado. Dais por echo que ha abatido a un zombie, ya que no habéis visto el cadáver andante y tampoco se repite un segundo disparo.

Ya estábamos acostumbrados a esa mierda. Era increíble la capacidad que ya teníamos para ver todo esto cómo normal.
El cuerpo del joven parecía no infectado, pero no podíamos arriesgarnos, así que me preparé para hacer lo que tenía que hacer. Era una orden desagradable y no quería dársela a mis chicos, por tanto decidí que lo mejor era impartir con el ejemplo. Hice señas a dos de los C.O.E para que controlasen las esquinas y saqué mi cuchillo de la funda.
Dudé sólo un segundo antes de hundir la hoja en el cráneo desprotegido del hombre hasta la empuñadura.
Cuándo la extraje se oyó un desagradable ruido de succión. Por unos segundos casi estuve a punto de vomitar.
Con un gesto de cabeza indiqué al equipo que avanzase por el pasillo de los ruidos.
Según todos los informes había supervivientes en el interior. Supervivientes armados que nos podían pegar un tiro nada más vernos por el puro miedo. Así que aunque quizá no fuese lo mejor grité para darnos a conocer (ya que no respondían a las llamadas de radio)
-¡Fuerzas Especiales del Ejército de Tierra! ¿Queda alguien vivo?