Lupo y el Equipo Eco corrieron a obedecer las órdenes. Al parecer no les había gustado mucho el trato dispensado. Por lo demás nada en la base seguía distinto.
Los francotiradores y el Equipo Eco comunicabán sus avances por la radio con bastante frecuencia.
Que sí dos zombies en el piso 2, que si la puerta del 3C estaba cerrada y bloqueada, que si un solitario zombie era abatido en la calle, que si el piso primero estaba inundado de agua, que si el rellano del segundo estaba lleno de cadáveres...Nada nuevo, de momento sin heridos y sin problemas graves.

Bueno, no tenía nada que hacer asi que se me ocurrío lo de siempre. Relajarme haciendo ejercicio. Me dirigí hacía el gimnasio de siempre y estuvé una hora y veinte machacando el saco y haciendo pesas.
Después una duchita y esperaba seguir dando órdenes para la misión de Lupo y los nuevos.

El Teniente Ripper entró en las duchas cuándo Selene estaba duchándose.
Selene había dado vueltas por el gimnasio y sobretodo pensado y había tardado un buen rato en dirigirse a darse una ducha,
Por segunda vez se encontraba duchándose desnuda en la misma sala que su superior. Pero sin saber porqué, esta vez Selene se sonrojó al ver aparecer a Ripper.
Selene sabía que se encontraba hecha un despojo, llena de moratones y cardenales y con dolor en los golpes, pero sólo pudo decir.
-Hola Teniente.
Mientras tanto Selene intentaba pasarse la esponja por la espalda hasta dondé le permitía su brazo, y sobretodo sus tirones y dolores.

Lo primero que pense al entrar era que quizá había subestimado a Selene.
Tenía el cuerpo lleno de cortes curándose y heridas. Lo segundo que pense era que la chica era muy sexy. De buenas curvas, pechos pequeños pero bien colocados, piel sedosa, cabello pelirrojo y trasero respingón.
Al poco decidí pensar en otra cosa. No era el momento ni el lugar.
Saludé a Selene y me sente en el banco de los vestuarios cercanos a la ducha para desvestirme.
Me quite la ropa sudada y me puse en la ducha, separada por dos duchas de Selene.
Por el rabillo del ojo ví los esfuerzos de Selene por limpiarse la espalda.
Otra vez me fijé demasiado tiempo en su trasero del que se hubiese considerado caballeroso.
-Trae, dejame.
Le cogí la esponja de la mano y la frote la espalda, apartando la mirada lo máximo que podía, pero necesitando fijarme para pasarle la esponja con cuidado para no hacerla daño por cortes, llagas y morados.

Selene se repetía una y otra vez que debía controlarse. No debía fijarse con descaro en su mando superior. No debía, no debía... quizá solo una miradita y... ¡joder!.
Era el tío de las fantasías eroticas de Selene.
Guapo, musculoso, con unos abdominales de revista de deportes, piernas y caderas fibrosas y con un culo prieto. Ripper tenía todo el cuerpo depilado y un tatuaje con el escudo de España en el pecho derecho. En cuánto a su virilidad, cómo había visto la última vez, estaba muy bien dotado. Era el típico tío con el que una se pasaría toda la noche disfrutando.
Selene empezó a acalorarse cuándo Ripper encendío su ducha a unos metros de la suya y casi le da un vuelco al corazón cuándo Ripper empezo a frotarle la espalda.
-Selene: Gracias Teniente.
Cuándo Ripper terminó y volvío a su ducha Selene estaba tan nerviosa que se le cayo el jabón y sin pensar se agacho a recogerlo.
Ni siquiera se le ocurrío que se agacho y quedó en una posición un tanto descarada.
Se puso en pie rápidamente y se fue a secar con la toalla al banco del vestuario.
Mientras se secaba Selene seguía acalorada y confusa y no se le ocurrío otra cosa que hablar cómo una cotorra para disimular su nerviosismo.
-¿Sabe Teniente?. Todos estos golpes duelen, pero en el fondo lo que peor llevo es el dolor de pies que tengo. Me esta matando, ojalá pueda tener hoy un sueño reparador.