-¡¡Joder joder, joder!! Combustible de los cojones, la puta mala suerte.
No podía ser el combustible empezaba a flaquear en mitad de la operación, estaba claro que tendría que recargarlo para volver a casa.
La inmensa mayoría de los zombies me seguían lentamente, es lo único positivo que podía sacar de esa situación.

Rolloff. ¿Qué munición y cohetes tengo?

RIPPER
Consigues desenfundar tu cuchillo y meterselo hasta la empuñadura en el ojo al zombie que te babeaba. Consigues 15 de exp y +1 en armas de combate cuerpo a cuerpo. Echas a un lado el pesado cadáver y consigues ponerte en pie. La M4 está en los pies de una horda de zombies que avanza furiosa hacia tí...

JOTA
Rol Off: Tienes la M240 y la GAU 16 casi sin usar, te quedan 8 cohetes de 70 mm (4 por caja).

VANESSA

El policía te mira bastante después de que le hayas hablado. Te tiende un arma y te dice ¿sabe usar una de estas?

Salté del vehículo y grité:

-Apuntad las ametralladoras hacie el edificio no confundáis los blancos, aún puede haber supervivientes. Vigilad el perímetro y que no cunda el pánico, todos tranquilos,saldremos de aquí.

Comencé a preocuparme cuando no oí respuesta de la radio.

El putrefacto aire comenzaba a ser insoportable. Tapé mi cara con la bufanda tubular, comprobé que tanto la pistola como el rifle estaban cargados y me acerqué a la puerta del edificio. Una orgía de gemidos proveniente del interior me hizo comprender que mi colega no debía de estar muy contento de lo que se había encontrado. No podría haber llegado muy lejos por lo que entré.

La débil luz del norte penetraba por los rotas ventanas, los cuadros que colgaban de altos cargos militares eran ahora pasto del recuerdo.
Los gemidos se hacían más y más fuertes, escuché un golpe, un quejido ''humano'' y un ruido metálico que se superpuso al presente griterío. Llegué hasta una esquina y la situación era acojonante. Una horda de zombies babeaban por el sargento que se incorporaba del ensangrentado suelo. Disparé con el fusil por encima de Ripper y sin observar el impacto le enganché de la abrazaderá del chaleco y le arrastré hacia la esquina mientras se incorporaba.
-¡Tiene que dejar los deportes de riesgo!

Note unas manos que me arrastraban del chaleco hacia atrás y una voz familiar.
-¿Porqué si ya le tengo a usted para que me cubra el culo, cabo?. Si salimos de esta le invito a una cerveza...
Corrimos cómo demonios por el pasillo hasta llegar a la salida, dónde nuestros hombres apuntaban a la puerta.
-Cuándo, salgan... ¡freíd a esos cabrones!...

El único arma que había disparado en la vida era la carabina de mi padre de perdigones, y eso con 8 años y contra una paloma, peor no pensaba dejar pasar la oportunidad de tener algo con lo que sentirme segura.
Nada más coger el arma dos tíos, al parecer militares, salen gritando por la puerta y los otros apuntan los cachivaches de los vehículos contra la puerta.
-¿Pero que jodida panda de locos es está?