-¿Estáis majáras?. Os van a machacar, esas cosas son implacables, imparables y las hay a cientos. No podéis salir fuera así cómo así.
Mientras hablaba veía que no estaban de acuerdo, sobretodo Ripper, que tenía una mirada profundamente disgustada.
Me molestó un tanto ver esa mirada.
Él no sabía a lo que se enfrentaba afuera.
Seguí tratando de disuadirle.

Contuvé las ganas de estrangular a aquella mujer.
-Miré, Sargento. No sé cómo harán las cosas en Estados Unidos, pero nosotros no abandonamos a nadie. Seguimos siendo soldados del Ejército español y por mis huevos que vamos a seguir cumpliendo nuestras órdenes de proteger a los habitantes que queden en este cascarón sin vida.
Mientras hablaba me había ido poniendo más rojo. Después miré a Hartman mucho más tranquilo.
-Tranquilo soldado. Se nota que eres COE. Lo mejor será que todos descansemos un rato. Que todos se vayan a dormir y coman algo. Tenéis tres horas. Jota, prepara el helicóptero para salir en dos horas, descansa tambiñen un poco. Después iremos a la base y luego a hacer una pasada al centro comercial desde el aire. Haber que nos encontramos.
Yo hablaré con los civiles. ¿Quieres venir, Hartman?

Joder... se podía cortar la tensión tan solo moviendo un dedo. No me había dado cuenta hasta ese momento de que me dolía la cabeza, tenía hambre y del malestar en general de mi cuerpo, es más llevaba días sin percatarme de eso.
Las palabras de Ripper hicieron mella, no solo por el tema de descansar sino por el querer charlar un rato. Había perdido la noción de las últimas semanas, conocía a alguien y probablemente al rato ya estaría muerta. Así han sucedido estas semanas, palpando únicamente el frío rifle, como un lobo solitario que se dedica únicamente a cazar. Era como si mi cabeza lo hubiese borrado todo y prevaleciesen los sentimientos primarios.
Aunque parezca increíble, me había olvidado del número de mi, ahora, inservible móvil; pero era capaz de recordar todas las frecuencias de radio desde los Pirineos hasta aquí... Sabía como disparar y acertar a una distancia de más de un kilómetro, pero ya apenas sabía las consecuencias de eso, ni por qué lo hacía... o bueno sí, sobrevivir...

Tras mi monólogo interior y escuchar de fondo las voces de Selene y Ripper me froté la cara rápidamente, como intentando despejarme. Mi mente regresó a la sala de control, cuando el Sargento formuló una pregunta a modo de palabras mágicas. Afirmé la propuesta de Ripper algo desolado, al salir de la sala saludé a la Sargento y enfilamos el pasillo.

Di órdenes específicas para que los soldados comiesen y durmiesen un par de horas mientras salíamos del enorme centro de mando. Volví a dejar atrás a Selene sin decir nada.
En unos minutos estuvimos en la sala de los civiles. Antes de casi de entrar un civil se pusó en pie y me dijó:
-Sargento, creo que debemos...
-No me importa lo que usted crea. Siento mucho el trato brusco y reservado que les estamos dispensando, pero tenemos que tomar ciertas medidas. Están en una base secreta en poder del ejército español. Aqui podemos proporcionarles comida y refugio, además de protección. Entiendan que tampoco sé mucho más de los que saben ustedes.
No sé de dónde han venido esas cosas ni cómo podemos acabar con todas ellas. Sólo puedo decirles que están muertos. Rematadamente muertos y que sólo una bala en el cerebro parece acabar con ellos de verdad.
El gobierno está totalmente desaparecido, al igual que mis mandos.
No sé lo que va a pasar a partir de ahora y tampoco sé cuánto tiempo tendremos que estar aqui.
Lo que si sé es que estamos jodidos si no colaboramos ente nosotros. De nada sirve lamentarse.
Mientras estén aqui, tendrán que acatar mis órdenes y ayudar en todo lo que puedan. Asi bien, necesito que me digan sus nombres y cuál eran sus puestos de trabajo antes del cataclismo.
Me quede boquiabierto yo mismo. Acababa de soltarles docenas de bombas a los civiles y apenas me había percatado. Había sonado como un tremendo y frío hijo de puta sargento con la cabeza cuadrada. En fin, este puto mundo me estaba vovliendo loco y había que ser pragmáticos.

Los supervivientes parecían en shock. La primera en hablar fue la veinteañera que habiáis salvado, atrapada en el coche junto al hombre herido.
-Me llamo María. Estudío tercero de Química en la Universidad. Y le doy las gracias por habernos salvado.
Poco a poco los supervivientes fueron presentándose. Había un total de 2 mujeres, 6 hombres (contando al médico que atendía al herido) y una niña, al acompañante de la veinteañera.
Entre sus profesiones, había un abogado, un mecánico, tres oficinistas, un camarero y un ingeniero.
Todos os dieron las gracias efusivamente por aberles rescatado. Justo en ese mometno entro en la sala el médico con unos guantes llenos de sangre y os dijó:
-El herido a muerto. No he podido hacer nada por él. He tenido que usar un vial de morfina y dos paquetes de vendajes (que se os restarán convenientemente del inventario), pero aún así no he podido salvarle.
Al instante la niña se echo a llorar y la veinteañera, que parecía su hermana, fue a consolarla.
Todos se quedaron en silencio.


ROL OFF: He tenido un fallo. Ripper, consigues 200 puntos de exp más, pues había olvidado que tambien habías salvado a las dos niñas. Lo cuál te da también un logro por salvar 10 supervivientes. Consigues 5 puntos de ZI.