Comprendiendo que la situación realmente debe ser desesperada, y admitiendo que no puedo hacer nada por el momento, decido irme a dormir. Decido colocarme para dormir cerca de una pared, dentro de la gasolinera, y dejo a punto, listo para la huída, el material que tengo:

-Unas horquillas, guardadas en el bolsillo.
-La brújula, al otro bolsillo.
-Los prismáticos, a mi lado, ya que no tengo las cervicales bien y los años se notan demasiado (más de lo que me gustaría).
-La cámara digital atada a la muñeca.

Me tumbo con la navaja firmemente abrazada entre mis dedos, poco a poco voy notando el cansancio de todo el día, el miedo, el desconocimiento..., antes de que me diese cuenta, ya estaba pensando en mis años de juventud, sirviendo como médico militar en el ejército, y ahora soy solo un despojo de lo que era..., luego pierdo el hilo, intento recordar qué estaba pensando, pero pensar es cada vez más difícil, dejo de resistirme y me entrego al sueño.

Un fuerte ruido acaba despertándote, parecen las hélices de un helicóptero.
Al salir al exterior te encuentras con un panorama desolador.
El cadáver de una ancianita se encuentra en el suelo. Tiene la cabeza abierta por un fuerte golpe y fragmentos de cerebro se desparraman por el suelo. Un charco de sangre enorme pone el punto macabro a la escena.
El autobús ha desparecido, parece que el conductor os ha considerado un lastre y no ha dudado en abandonaros, matando a la persona que lo había descubierto sin ningún remilgo.
Cómo suponías, un enorme helicóptero negro, con un extraño símbolo que parece una flor está pasando por encima de vuestra gasolinera en dirección hacía la ciudad.
El helicóptero os ve claramente, pero no hace ningún gesto de reducir la velocidad ni de bajar para ayudaros.
Los potentes rotores empiezan a atraer a las criaturas y poco a poco al principio y más tarde en mayor medida, parejas, tríos o solitarios zetas se acercan a vuestra posición.
Varios ancianos a tu alrededor empiezan a ponerse muy nerviosos.

-Dios mío...

Lo ha hecho, nos ha abandonado a nuestra suerte, y ha acabado con quien ha tratado de impedirlo. Y ese helicóptero..., está claro que la vida ya no vale nada.

-Nadie va a ayudarnos -Alzando la voz- Propongo seguir al helicóptero e ir a la ciudad, aquí no tenemos ninguna posibilidad -Señalando a la anciana- tal y como podemos ver...

No hay tiempo que perder, así que mientras los ancianos deciden yo regreso al interior de la gasolinera a por todos mis objetos, y echo un vistazo rápido a la cámara, creo que tengo una foto del conductor que tomé por accidente y no quiero olvidar su rostro. Ese hombre nos las pagará...

Rol off: tanto haya foto como no la haya, estoy comprobándolo mientras regreso a donde está el cadáver, para ver si los ancianos han decidido algo en lo que lo que tardo en volver.
Hagan lo que hagan, intentaré vengarme de ese hombre