Supongo que la misión que nos habían dado en un principio se había quedado obsoleta.
Al fin y al cabo debíamos contener la infección del hospital, pero la ciudad ya estaba infectada.
Teníamos que pasar al protocolo de seguridad.
Repasé rapidamente las bases seguras que poseíamos cerca y rapidamente identifiqué la más cercana. Teníamos que darnos prisa en llegar, y esperar a que todo se calmase o a organizar un plan.
No quedaba mucho equipo, pero sin esperar a ver lo que hacían los demás, nos montamos en los dos UROS que habíamos aparcado fuera.
Yo me monté como conductora en el primer URO, con el español de la Benelli, que rápidamente se subío a la ametralladora, mientras que en el segundo se montaban mis 3 ZORT restantes, también ocupando la posición de la ametralladora.
Me di cuenta que habían aparcado dos enormes BMR justo delante de nosotros.
-¡Apartad esos vehículos¡

Solo posteo por Jota, ya que los demás podéis seguir sin mi control.

JOTA
El coronel te coje del cuello y te zarandea:
-Mira soldado. A nadie nos gusta cómo están las cosas. A mi me gustaría estar ahora mismo en mi casa comprobando si mi mujer está bien, pero si no nos encargamos nosotros de organizar este caos, las mujéres de muchos otros estarán muertas.
Ya sé que tú no eres un soldado de combate, pero no tenemos más hombres y tenemos que parar a esos podridos.
Intentaré enviarte apoyo, por lo demás no puedo prometerte nada.
La base está totalmente equipada para ser operada por una sola persona.
Es tecnología punta.
Tienes un par de bidones de gasolina y comida, cuándo se os agoten tendréis que buscaros la vida. Es una órden soldado.
En ese instante le dicen al coronel que tres de los helicópteros ya están listos.
A los pocos segundos, estos despegan, dejando sólo dos helicópteros Cougar en el patio.

-¿Pero que coño?. Aún no hemos salido del hospital y Selene ya se largaba a su bola.
-¿Dondé crees que vas? Por si no te has dado cuenta esta ciudad está jodida, no puedes ir a tu bola por ahí.
Me acercó a la ventanilla del URO.
-Espera que estemos listos y nos marchamos todos juntos. No vaya a ser que tengamos problemas.
Me doy la vuelta y camino hasta donde está el francotirador que antes no había visto.
Le tiendo la mano.
-Encantado de concoerte, soy Ripper. Da gusto conocer a alguién nuevo del cuerpo. Aunque sea en esta mierda de día. ¿Cómo has acabado en este agujero?

Con una sonrisa apoyé los codos en la ventanilla bajada del URO mirando un rato a Ripper.
-Lo que tu digas, soldadito. Asi podrás protegernos, con tu capa y espada.
No me corté un pelo en hecharle una buena mirada al trasero y emitir un silbido de aprobación cuándo este se dio la vuelta para ir a preparse con su unidad.

La teniente de la desconocida unidad parecía tener prisa, y tras concederse mutuos piropos el sargento de mi unidad se presentó estrechandome la mano.
- Sargento, Cabo Hartman, sección de tiradores. Lo mismo digo, bonito día. No sabría como empezar, me mandaron a Pirineos y tras la 'gran retirada' acabé aquí por orden de un comandante de las unidades de montañas en Huesca. En fin, no había otro sitio al que ir. Hacía semanas que no veía a alguien de la unidad, puede contarme su historia por el camino, por lo que me han explicado tenemos prisa.